Ave Fénix
Quemé mis musas y las hice arder en la profundidad de Mi Oscuro Bosque. Bajo un centenario roble me senté a observar. En poco tiempo, todo fue ceniza, silencio, quizás paz o tal vez quedó vacío e inutilidad.
La claridad de la luna llena comenzó a iluminar todo a mi alrededor. La brisa nocturna surgió y removió suavemente la blanquecina ceniza como un suave beso en la frente en una despedida amorosa. Comenzó a nacer un delgado remolino que engordaba por instantes y de él, emergió un hermoso Ave Fénix.
Mágicamente, su adultez lo convirtió en un Ser sin igual. Llameantes colores y embrujo chillido envolvieron aquel lugar del Oscuro Bosque. La Hadas adormecidas se asomaron entre los árboles para descubrirlo con admiración, respeto y al sonar sus cantarinas risas, El Ave se asustó y voló alto. Tras vuelos rápidos y circulares en el sentido de las agujas del reloj, una terrorífica visión de su interior se proyectó:
-Humanos cegados por su ignorancia caminaban en el sentido guiado por sus estrictos guardianes y señores. Igual que zombis, manipulados por mini artefactos incrustados en su cerebro insensible e inerte.
-Lugares de residencia masiva sin color sin belleza arquitectónico sin vida animal ni vegetal. Un enjambre sin vida propia empleado para alojar a esos zombis sin neuronas ni acto propio durante unas horas de descanso.
-Había algunos humanos. Sí que los había. Tiranos amos del mundo y de todo lo que residía en él. Rodeados de esclavos y máquinas que lo controlaban todo. Quien no era obediente al instante era destruido sin demora ni miramientos. Todo era marcado fríamente para un propósito y para un ser específico.
-Ya no existía ni Bien ni Mal, sólo orden y ejecución instantánea. Tampoco alimentos cotidianos, estaban reemplazados por cápsulas alimentarias. El sol era artificial y la luna.... La luna era un sueño perdido en el olvido junto al olor de las fragancias naturales. Ni cielo ni lluvia ni estaciones ni nada. Nada....
Las Hadas comenzaron a llorar y Los Duendes secaban sus lágrimas mágicas e intentaban consolar.
-¡Esto nunca puede llegar a ser real! -Gritó la bella Sirena del río.
El Ave Fénix desapareció con su rápido y fugaz vuelo mientras dijo:
-Ese es vuestro futuro por ser tan estúpidos y complacientes con la comodidad ofrecida tan gratuitamente para cegar vuestra voluntad.
La luna llena se cubrió de negras nubes, El Bosque enmudeció y oscureció. Las Hadas y Duendes se ocultaron, La Sirena tristemente se escondió. El futuro quedó escrito y mi corazón se congeló maldiciendo el mal acto que a ese terrorífico y muerto futuro nos llevó.
EME82
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