Sonido único, envolvente, mágico. Agua cristalina, limpia, pura, casi naciente. Vida por doquier, frescura, relajante....

   Gota a gota, navega por las rocas resbaladizas buscando la poza profunda y continuar su travesía. Metro a metro, la vida pasa, creando más vida con su humedad, oxígeno, tal vez con pequeñas semillas e incluso, alimento.

   Los peces juegan en ella. Felices saltarines. Chapotean, viven y mueren, año tras año sin conocer nada más que esto, su mundo. Un mundo tan sensible como único. Minúsculo tal vez, pero para ellos lo es todo. No importa nada más. No temen porque no conocen. Son ajenos a lo que pueda suceder kilómetros más arriba o más abajo. Desconocen la contaminación, la barbarie, el hambre ni tan siquiera conocen de la muerte más allá de lo natural en su vida. Aquí no lleva la pesca, el humano y su maldita actuación asesina incomprensible.

   Lobos sedientos beben en la orilla y duermen en manada en la profundidad del bosque. Animalillos corretean en las copas de los árboles intentando no ser vistos por el rapaz hambriento. El sonido del viento es una melodía extraordinaria. La vida sigue....

   Tal vez duendes lo habiten o monstruos. Monstruos creados en la mente humana por ser diferentes a ellos. Quién sabe ya diferenciar monstruos de duendes, el bien del mal, los justo o injusto de nada y del todo. Ser diferente no te convierte en monstruo porque tal vez el monstruo sea ese ser común y normal que es igual a tantos otros, ese que justifica su crueldad para fines justos, ese mismo que en su mente tacha de monstruo bajo su ignorancia al ser diferente que actúa muy diferente a él, el monstruo que nunca daña, que vive, sigue su vida paso a paso sin mover ni una piedra del río porque no lo ve necesario hacerlo o porque con ello puede destruir vida... 

   Y el agua transcurre su camino sin importar nada más que con seguir adelante minuto a minuto. La poza seguirá latiendo y El Bosque Oscuro seguirá existiendo en El Alma de su creador y permanecerá ajeno de lo que está por llegar y no podrá frenar ni un segundo, pero ¡¡¡ Qué importa !!! Y el agua continúa su gélido y puro avanzar. El reloj de arena marcará el existir un segundo más................

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