2. Oscuridad
… La
cabaña sigue igual que antaño. Iluminada a veces por quinqués o
velas. Puede que en esta época resulte romántico, pero para mi es
práctico, no muy limpio por su rancio olor y humo negro, pero sí
práctico. La habitual forma de apartar por un corto período de
tiempo la oscuridad del lugar para poder perderme entre palabras
transcritas hora a hora. La luz diurna se vuelve escasa por el tiempo
empleado sin descanso.
Como dije, la cabaña sigue igual excepto en el detalle de cientos de páginas escritas en amarillento papel y los ríos de negra tinta usada para ello, por lo demás, permanece como antaño, ajena al tiempo, al humano, al mundo y sus lejanos problemas.
La tormenta de anoche fue fuerte, muy fuerte. No se puede hablar de destrucción, porque nada se destruye, tan sólo se modela. La transformación a veces es radical, otras, casi imperceptible. El bosque cambia y la vida sigue. Anoche muchos quedaron en el camino, pero, ¿ Quién los recordará ? Nadie. Tampoco la bestia que se alimentó de ellos y que en pocas horas volverá a salir de caza.
La leña chispea dentro del hogar encendido. El olor a pan recién horneado invita a seguir escribiendo unas horas más. Sentada cómodamente y mirando por la ventana, pero sin ver más allá del cristal, hace que la mente vuelva a los recuerdos vividos en este oscuro bosque......
EME82
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