A mi alrededor todo permanece oscuro. Altos árboles se extienden por doquier, muy cercanos unos de otros, pero no pegados.

   - ¿Escuchas el silencio?    -Yo sí. No es silencio sino naturaleza. Salvaje, viva, única.

 - ¿Puedes olerlo?    -Respira profundamente, cierra los ojos, llena completamente tus pulmones, siente la vida en el aire, la humedad, el aroma de los pinos, el aceite de sus hojas.

 - ¿Lo sientes?   -Disfruta de la sensación de libertad, su quietud, su temperatura, su soledad sin estar nada sin ausencia. Abre los ojos.

   Caminar por el bosque en la noche te hace recordar, vivir tiempos pasados. Épocas distintas a la actual. La soledad es la más deseada en este momento. No estoy perdida sino olvidada y ese es mi mayor deseo. Aquí el olvido es tranquilidad, es viento en el rostro, gotas gélidas de lluvia en el rostro, es olor a pino, es oscuridad en el bosque, es noche, es luna.....

   El candil hoy está apagado, su llama no danza. El reloj de arena se rompió y el tiempo ya no viaja. La pluma se tomó unas merecidas vacaciones y la mente dejó de pensar y crear. 

- ¿Escuchas su caminar?   -Nunca se apartó de aquí. La Muerte siempre camina cerca. Nunca te abandona. Es tan fiel y silenciosa. Mientras el dolor continúe, Ella no será sentida en la piel. Cuando sientas el rozar de La Muerte sobre tu piel, el dolor te habrá abandonado. Ya nada importará porque todo habrá terminado, el silencio, la soledad, el bosque oscuro, el quinqué, la pluma, la lluvia, inclusive, la vida.

EME82